Lateralidad, propiocepción, motricidad fina, bilateralidad… son palabras que escuchaba cuando me le ensañaba flipyflux, el precesor de Intorus, a personas del gremio.
Esto fue hace 8 años, cuando daba los primeros pasos dentro de este proyecto. Se trata de conceptos pertenecientes a la psicomotricidad en lo que no he dejado de profundizar desde entonces.
Aun así no me considero una experta en psicomotricidad, yo estudié matemáticas, y lo que se me da bien es relacionar unas cosas con otras.
Os voy a contar qué es la psicomotricidad con mis palabras. Al final del artículo os dejaré también un pequeño glosario con la definición de algunos tecnicismos que utilizaré.
De lo que trata la psicomotricidad.
Hace ya un tiempo que todos parecemos estar convencidos de la relación que hay entre el cuerpo y la mente. Sabemos que el estado emocional es clave en el proceso de recuperación de una enfermedad, y que si llevamos una dieta sana y hacemos deporte nuestros pensamientos y nuestro comportamiento son más limpios y ordenados. La psicomotricidad trata de eso, de cómo la mente influye en el cuerpo y el cuerpo en la mente.
Y como con los ejemplos todo se entiende mucho mejor, allá va uno…
Coordinación bilateral.
La coordinación bilateral, es uno de los conceptos de psicomotricidad y consiste en utilizar simultáneamente ambos lados del cuerpo para hacer una actividad.
Cada lado del cuerpo está regido por un hemisferio cerebral. El hemisferio izquierdo es la sede de nuestras capacidades racionales, analíticas, lingüísticas y matemáticas, el hemisferio derecho lo es de nuestras capacidades creativas, intuitivas, sintéticas y musicales. Al poner en juego ambas partes del cuerpo de forma coordinada, estamos activando ambos hemisferios y su interrelación.
Una de las consecuencias es que en nuestro día a día, aumentará nuestra capacidad de tener un pensamiento lógico e intuitivo al mismo tiempo.
Equilibrio.
El equilibrio es otro de los conceptos de psicomotricidad. Desarrollar el equilibrio físico, además de evitar caídas, nos ayuda a sentirnos firmes y seguros, lo cuál, también repercute en nuestra forma de presentarnos ante el mundo, y de afrontar los vaivenes de la vida.
Rehabilitación.
Si el desarrollo de la psicomotricidad puede ayudarnos a llevar una vida mejor, imaginad el papel que toma cuando hablamos de algún problema físico o mental.
La rehabilitación es fundamental para recuperar el mayor grado de funcionalidad tras una lesión. En casos de patologías, la rehabilitación va a favorecer que las personas alcancen un mayor grado de independencia, socialización, bienestar general,…
Motivación.
La motivación es clave en cualquiera de los casos anteriores, ya que todos hemos experimentado que cuando haces algo con ganas, el resultado es mejor.
Encontrar formas de que la práctica sea placentera, que apetezca hacerla, que guste, que lleve a implicarse y a dar lo mejor de uno mismo, es uno de los grandes retos de terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas y otros especialistas en psicomotricidad.
Edades para trabajar la Psicomotricidad.
Si bien el desarrollo de la psicomotricidad no tiene edades, y su aporte siempre va a ser positivo, es la psicomotricidad infantil, a la que al día de hoy más importancia se le da (desarrollaremos la psicomotricidad infantil, en un próximo artículo).
Trabajar la psicomotricidad mejora la lecto-escritura en niños.
Vemos como muchos problemas de lecto-escritura se solventan con el desarrollo motor.
Leemos y escribimos de arriba abajo, de izquierda a derecha, la diferencia entre la “b” y la “d”, está sólo en hacia donde miran.
Un niño con una buena orientación espacial tendrá muchas menos dificultades para leer, y a los niños que les cueste, trabajar su esquema corporal y su conciencia espacial, les será de gran ayuda.
El desarrollo de la psicomotricidad mejora muchas más cosas…
Problemas de autocontrol mejoran al trabajar el control del movimiento.
Problemas de tartamudeo mejoran al trabajar el ritmo con el cuerpo.
Y así una gran lista…
La buena noticia es que la naturaleza es sabia, y los niños que no tengan una necesidad especial de apoyo, de manera natural, si no se lo impedimos, y aún mejor, si se lo facilitamos, van a desarrollar todos estos conceptos de psicomotricidad.
Y dónde más y mejor lo hacen es en el juego libre.
Saltar, correr, tirarse por el tobogán, balancearse, montar en bici, saltar a la comba, jugar a las palmas, a la pelota, pintar, construir… son la base para un buen desarrollo psico-emocional de nuestros hijos.
El cuerpo y la mente en la edad adulta
En la edad adulta, el trabajo psicomotriz puede ayudarnos a sentirnos mejor con nosotros mismos, y a proporcionarnos una extensión y una mejor calidad de vida en la vejez.
En la última etapa de la vida, además de la salud, algo que marca la diferencia entre estar bien y no estarlo, es el grado de independencia que adquiramos.
Actividades como vestirnos, ducharnos, cocinar… requieren que mantengamos un mínimo de amplitud de movimiento, equilibrio, destreza con los dedos, coordinación,… por esta razón, actividades físicas que nos ayuden a mantener estas destrezas, están directamente relacionados con una buena calidad de vida ahora, y más adelante.
Cómo ayuda Intorus a trabajar la psicomotricidad
Intorus en una herramienta que de forma natural pone en juego muchos de los principios básicos de la psicomotricidad.
Se trabaja el ritmo, la estimulación sensorial, la propiocepción, la coordinación bilateral, la conciencia espacial, la coordinación viso-motora, y otras tantas…
Además su movimiento continuo y libre al tiempo que ordenado, ayuda a centrarse, a descargar la mente, a liberar el exceso de energía, a mover la parte superior del cuerpo, que es normalmente la más olvidada y anquilosada.
Aquí tienen algunos videos en los que trabajamos varios de estos conceptos
Accede a nuestro video tutorial
Conocer más de cómo Intorus ayuda al desarrollo de la psicomotricidad, accediendo a un interesante video de 15 minutos, con muchos movimientos y tips, enviando el formulario de aquí al lado.
Glosario de términos técnicos
Estimulación sensorial: Se refiere a la entrada de información que rodea a nuestro sistema nervioso, mediante los sentidos para crear percepciones y sensaciones. Por ello, gracias a los sentidos, y la exploración por medio de los movimientos (experimentación y acción), se forma un proceso de acomodación y asimilación de la información.
Propiocepción: Es la capacidad que tiene nuestro cerebro de saber la posición exacta de todas las partes de nuestro cuerpo en cada momento.
Conciencia espacial: Determinar la posición espacial de objetos en relación a uno mismo y a otras formas y objetos.
Esquema corporal: Adquirir una conciencia interna del cuerpo y la relación de las diferentes partes del cuerpo entre sí.
Coordinación viso-motora: Coordinar la interacción de la información de los ojos con el movimiento del cuerpo durante la actividad.
Amplitud de movimiento: Es el grado de movimiento de una articulación cuando se extiende, se flexiona y se rota en todos sus posibles movimientos.
Coordinación motora gruesa: Usar grupos musculares grandes para realizar movimientos controlados, dirigidos a un fin o intencionados.
Cruzar la línea media: Mover los miembros y ojos cruzando el plano sagital del cuerpo.
Lateralidad: Utilizar preferentemente una parte corporal unilateral en las actividades que requieren un alto grado de destreza.
Integración bilateral: Coordinar ambos hemicuerpos durante la realización de una actividad.
Control motor: Utilizar el cuerpo en patrones de movimientos funcionales y versátiles.
Coordinación motora fina y destreza: Usar grupos musculares pequeños, particularmente en la manipulación de objetos.