Esta es una de las preguntas que surgen habitualmente con flipyflux. La tendencia es a pensar, qué puedo hacer con él, y aunque son muchas las cosas que se pueden hacer con él, en esta ocasión, me gustaría hablar de qué puede hacer flipyflux en nosotros.
Lo que hoy os quiero contar se fundamenta en la idea de que cuando un niño recibe sensaciones relacionadas con el movimiento (cómo las propioceptivas , sentir la posición del cuerpo, o vestibulares , sensaciones de movimiento y equilibrio), su cuerpo puede canalizar la energía “extra” y es más fácil que se concentre en actividades que requieran atención por un tiempo prolongado. Por ejemplo, el comer palomitas en el cine, canaliza el movimiento a través de la boca y puede permanecer más tiempo sentado y atento.
FlipyFlux incita de forma natural al movimiento, y trabaja las sensaciones descritas más arriba de forma natural. El verlo como un juguete y la emoción que genera, facilita que el niño esté dispuesto a usarlo. Esto es muy importante, ya que logramos captar su atención e interés en aquello que le proponemos, y nos resultará mucho más fácil alcanzar nuestro objetivo.
Algunos ideas prácticas para el día a día…
- Antes de sentarse a hacer los deberes, u otra actividad que requiera estar relajado. Si están muy alterados podemos incluso poner música e incentivarles a un juego más movido, como lanzarlo y cogerlo, o cambiarlo de brazo mientras giran y se mueven en el espacio. Siempre está bien terminar con algo suave y repetitivo, como por ejemplo pasarlo de un brazo a otro durante dos o tres minutos mientras cerramos los ojos.
- Durante una actividad que requiera concentración. Aunque pueda parecer que se distraen, si la predisposición por su parte es buena (en lenguaje de madre, si no nos están vacilando ☺ ) dejarles tener flipyflux en las manos mientras les explicamos algo, o mientras estudian, les ayudará a mantener la atención. En ocasiones nosotros mismos buscamos ese “hacer algo con las manos” cuando estamos concentrados. Como decía más arriba, se trata de canalizar el extra de energía a través del movimiento, y conseguir una concentración mayor y por más tiempo.
- Antes de acostarse, especialmente en niños que les cuesta parar cuando llega la noche, o incluso parecen activarse. Usar flipyflux 10 minutos como parte de la rutina de irse a la cama, puede ayudar.
- Antes de comer, incluso como pequeño ritual en que lo pasamos en círculo entre todos los que estamos sentados en la mesa, y traemos la atención al acto de la comida.
Espero que estas ideas te sirvan, y te lleven a otras. Básicamente ten en cuenta que flipyflux hace en tus hijos, lo mismo que hace en ti. Les relaja y les ayuda a retomar el control sobre sí mismos. Observa cuando están sobre excitados, ayúdales a retomar el equilibrio, y pregúntales cómo se sienten ahora, y como se sentían antes. Les estás ayudando a observarse y conocerse mejor.
Si queréis contarme vuestras experiencias, estaré muy agradecida, e intentaré que todos nos beneficiemos de ellas. Lo que aquí cuento es fruto de mi experiencia, y de las vuestras.